A medio camino entre Noruega e Islandia, en el Atlántico norte, emergen las 18 islas rocosas del archipiélago de las Feroe: acantilados verticales, prados verdes que tapizan montañas, cascadas vertiginosas y el mar omnipresente (se dice que uno nunca está a más de 5 km de la costa) atraen a los amantes de la naturaleza y las aves. Te proponemos un viaje de una semana recorriendo lo mejor de estas impresionantes islas, aún bastante desconocidas por el turismo.
A medio camino entre Noruega e Islandia, en el Atlántico norte, emergen las 18 islas rocosas del archipiélago de las Feroe: acantilados verticales, prados verdes que tapizan montañas, cascadas vertiginosas y el mar omnipresente (se dice que uno nunca está a más de 5 km de la costa) atraen a los amantes de la naturaleza y las aves. Te proponemos un viaje de una semana recorriendo lo mejor de estas impresionantes islas, aún bastante desconocidas por el turismo.